Una de las figuras más destacadas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile y un ícono en la historia de la educación y la salud en el país.
Gracias a la promulgación del Decreto Amunátegui (1877), ingresó a la Universidad de Chile en 1880, a los 15 años, donde se convirtió en la primera mujer en Chile y América Latina en obtener el título de médico cirujano (1887), abriendo el camino para las futuras generaciones de mujeres en la medicina.
Se integró al plantel del Hospital San Borja, al mismo tiempo que ejerció como académica en la Escuela Normal de Preceptores del sur. En 1898 asumió como Inspectora médico escolar de Santiago y luego ejerció el cargo a nivel nacional durante tres décadas.
En 1910 se le distinguió como Mujer ilustre de América por sus aportes a la medicina social durante el Congreso Científico Internacional de Medicina e Higiene que se realizó en Argentina.
Su legado sigue vigente en las políticas de salud infantil y en el reconocimiento de las mujeres en la ciencia y la educación.
Su tesis de grado, titulada "Breves apuntes sobre la higiene escolar", reflejaba su temprana preocupación por la salud infantil.