ESPECIAL RELIGIOSIDAD POPULAR

RELIGIOSIDAD POPULAR
DEVOCIÓN EN LAS ALTURAS

La iglesia de Parinacota
Por Paula Fiamma

Inmerso en un paraje de extraordinaria belleza altiplánica, a casi 4.400 metros sobre el nivel del mar, se encuentra el poblado de Parinacota. Sus casas y su iglesia caracterizados por sencillas construcciones de adobe blanqueadas con cal, son vestigios de nuestro pasado colonial. Este pequeño caserío revive con cada fiesta religiosa, colmándose con los fieles que llegan desde los pueblos cercanos, dando muestra de cómo la devoción puede mantener viva y cohesionada a una comunidad que se aferra a sus tradiciones. Así lo presenció el equipo de Nuestro.cl durante la fiesta de la Virgen de la Natividad, patrona del templo.

En pleno altiplano, a 4.390 metros sobre el nivel del mar, se encuentra el pueblo de Parinacota, localidad perteneciente a la Comuna de Putre, en la recién creada XV Región de Arica y Parinacota. Está situada junto al bofedal homónimo y otros ubicados frente al sistema hidrológico del Lago Chungará y las Lagunas de Cotacotani, pertenecientes al Parque Nacional del Lauca.

Parinacota es en esencia un poblado ceremonial, de origen prehispánico, constituido por casas habitualmente desocupadas, levantadas en la periferia de una iglesia construida en el siglo XVII, sobre un extenso terreno inicialmente ocupado sólo por pastores dispersos. Según el Censo de 2002, sólo posee 29 habitantes, recibiendo la categoría de caserío.

La construcción de la iglesia de Parinacota, se enmarca dentro del proceso de evangelización, comenzado a fines el siglo XVI. Para tal efecto, los misioneros levantaron pequeños templos, de estilo barroco-andino, que sirvieron de centro de adoctrinamiento para la dispersa población aymara. La iglesia se levantó lejos de las casas edificadas por la población, lo que ocasionó el traslado y abandono de las primeras viviendas del sector, para instalarse en las inmediaciones del templo.

La iglesia está rodeada por un muro perimetral de piedra, estucado en barro y pintado con cal. El paredón posee tres puertas techadas con arcos y coronamientos en piedra volcánica rosada. En una esquina hay un macizo campanario incorporado al muro frontal. El templo es de piedra y argamasa de barro; sus tijerales son de eucalyptus, y la cubierta de paja brava (coirón). Es un volumen de 5 metros de ancho y 22 de largo, con dos capillas laterales salientes.

En el interior de la nave hay varias pinturas correspondientes al período barroco americano, seguramente varias fueron traídas por los españoles desde el Virreinato del Perú, que junto a Bolivia y Ecuador -en menor medida-, eran los centros proveedores de gran parte de las obras de arte colonial que hoy se conservan en el país. En una de las obras destaca la imagen de la virgen, que como en muchas obras de ese período se le representa en forma triangular, sintetizando su contorno y asemejando su figura a los centros ceremoniales de las culturas originarias altiplánicas, constituidos por grandes construcciones en altura o simplemente erigidos en las cimas de las colinas, estableciéndose así, a través de la imagen, un nexo entre la cultura religiosa americana y española.

En su interior destacan los frescos, pintados durante el siglo XVIII, seguramente por los mismos aymaras. En ellos se puede apreciar escenas como el juicio final o distintas escenas de la vida de Jesús. Entre ellas destaca la crucifixión, a manos de los colonizadores españoles, provistos de armaduras y lanzas. Un rústico retablo de madera sirve de marco al altar.

Junto con la iglesia de Isluga, ubicada también en la comuna de Putre, el templo de Parinacota es un santuario visitado por un gran número de fieles durante los días de fiestas religiosas. Las más enraizadas son la fiesta de San Santiago de Parinacota, fiesta patronal con bailes y colores que se realiza el 25 de julio; el carnaval se realiza en febrero; la Virgen Asunta (Asunción de María) el 15 de agosto; la celebración de la Virgen de la Natividad, patrona de la Iglesia, durante la segunda semana de septiembre; la de Cristo Rey, el último domingo de octubre; y el Pachayampe, fiesta de la papa, la primera semana de noviembre.

En las calles que rodean a la iglesia se realizan las procesiones ceremoniales. En ellas se conservan las pozas o altares para depositar las imágenes religiosas, durante las estaciones del recorrido que los participantes realizan acompañados de una banda que interpreta una marcha religiosa.

Desde 1979 la iglesia es Monumento Nacional y el pueblo Zona Típica.

 

Octubre 2008

La construcción de la iglesia de Parinacota, se enmarca dentro del proceso de evangelización, comenzado a fines el siglo XVI. Para tal efecto, los misioneros levantaron pequeños templos, de estilo barroco-andino, que sirvieron de centro de adoctrinamiento para la dispersa población aymara.

Los frescos pintados al interior del templo fueron realizados en e siglo XVIII, seguramente por los mismos habitantes bajo la guía de un sacerdote.

Por Paula Fiamma

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